Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Reyes 1, 34-47

34 El sacerdote Sadoq y el profeta Natán le ungirán allí como rey de
Israel, tocaréis el cuerno y gritaréis: “Viva el rey Salomón.”

35 Subiréis luego detrás de él, y vendrá a sentarse sobre mi trono y él
reinará en mi lugar, porque le pongo como caudillo de Israel y Judá.»

36 Benaías, hijo de Yehoyadá, respondió al rey: «Amén. Así habla
Yahveh, Dios de mi señor el rey.

37 Como ha estado Yahveh con mi señor el rey, así esté con Salomón
y haga su trono más grande que el trono de mi señor el rey David.»

38 Bajaron el sacerdote Sadoq, el profeta Natán, Benaías, hijo de
Yehoyadá, los kereteos y los peleteos, e hicieron montar a Salomón sobre
la mula del rey David y le llevaron a Guijón.

39 El sacerdote Sadoq tomó de la Tienda el cuerno del aceite y ungió
a Salomón, tocaron el cuerno y todo el pueblo gritó: «Viva el rey
Salomón.»

40 Subió después todo el pueblo detrás de él; la gente tocaba las
flautas y manifestaba tan gran alegría que la tierra se hendía con sus voces.

41 Lo oyó Adonías y todos los invitados que con él estaban cuando
habían acabado de comer; oyó Joab el sonido del cuerno y dijo: «¿Por qué
este ruido de la ciudad alborotada?»


42 Estaba todavía hablando cuando llegó Jonatán, hijo del sacerdote
Abiatar; y Adonías le dijo: «Ven, pues eres un hombre valeroso y
traerás
buenas noticias.»

43 Jonatán respondió a Adonías: «Todo lo contrario. Nuestro señor el
rey David ha proclamado rey a Salomón.

44 El rey ha enviado con él al sacerdote Sadoq, al profeta Natán, a
Benaías, hijo de Yehoyadá, a los kereteos y peleteos, y le han hecho montar
sobre la mula del rey.

45 El sacerdote Sadoq y el profeta Natán le han ungido rey en Guijón;
han subido de allí llenos de gozo; la ciudad está alborotada; y
ése es el
tumulto que habéis oído.

46 Más aún, Salomón se ha sentado en el trono real,

47 y los servidores del rey han ido a felicitar a nuestro rey David
diciendo: Que tu Dios haga el nombre de Salomón más dichoso que tu
propio nombre y haga su trono más grande que tu trono. El rey se
ha
prosternado en su lecho,